La senda de los dos Ríos

Sepúlveda es uno de los lugares más sorprendentes de nuestra geografía, situada sobre una enorme peña que asoma al río Duratón, fue durante siglos un enclave fundamental en la Historia de Castilla. Recorrer las calles y rincones de esta Villa es detenerse en el tiempo, regresar a su esplendoroso pasado medieval en el que personajes como el Conde Fernán González o Alfonso VI, hicieron de Sepúlveda el paradigma de Tierra de Frontera, Tierra de Fueros. Su historia y su incomparable
LA SENDA DE LOS DOS RÍOS

PARQUE NATURAL DE LAS HOCES DEL RÍO DURATÓN
SEPÚLVEDA (Segovia)


Sepúlveda es uno de los lugares más sorprendentes de nuestra geografía, situada sobre una enorme peña que asoma al río Duratón, fue durante siglos un enclave fundamental en la Historia de Castilla. Recorrer las calles y rincones de esta Villa es detenerse en el tiempo, regresar a su esplendoroso pasado medieval en el que personajes como el Conde Fernán González o Alfonso VI, hicieron de Sepúlveda el paradigma de Tierra de Frontera, Tierra de Fueros. Su historia y su incomparable belleza arquitectónica queda patente a través de sus calles, casas blasonadas y templos románicos. En 1951 fue declarado Conjunto Histórico-Artístico, para proteger sus valores culturales.
El curso del río Duratón, ha formado a su paso por Sepúlveda un impresionante cañón, con cortados de hasta 100 metros de altura que se acentúan con cerrados meandros, y sirven de formidable refugio para especies protegidas como el buitre leonado y diversas especies vegetales.
Además de este patrimonio natural, el parque es rico en manifestaciones culturales, así podemos encontrar pequeños santuarios rupestres de origen visigótico, como la cueva de los Siete Altares, o ermitas románicas como la de San Frutos, sin olvidar las ruinas de San Julián o el convento de Nuestra Señora de la Hoz, ya que en estos parajes ha habido presencia humana desde hace milenios.

Fuente. Folleto facilitado en la oficina de información turística

COMO LLEGAR

Sepúlveda pertenece a la comarca de la Villa y Tierra de Sepúlveda, de la que es villa cabecera y al partido judicial del mismo nombre del que es cabeza, ubicado en el nordeste de la provincia de Segovia. Está a 55 kilómetros de Segovia Capital y a 119 de Madrid (por la A-1).


Un trocito de Sepúlveda
DONDE DORMIR Y COMER

La gastronomía sepulvedana está caracterizada por la tradición y la sencillez de las tierras castellanas. El plato típico por excelencia es le lechazo asado en horno de leña. Los complementos ideales son una ensalada de lechuga y tomate de las huertas de Castilla, el pan de hogaza de Sepúlveda y un buen vino de la Ribera del Duero.
La oferta ofrecida para poder alojarte en Sepúlveda es tremendamente amplia, ya que cuenta con un nutrido abanico de posibilidades y un montón de tipos distintos de alojamientos. Sea cual sea la opción que elijas podrás tener la seguridad de que dispondrás de un alojamiento de la máxima calidad.



Nosotros en esta ocasión optamos por quedarnos a dormir en el parking y área de caravanas, que se encuentra a la entrada de Sepúlveda. Al comenzar a subir hacia Sepúlveda, justo a la derecha, hay una carretera que pasa por el centro de salud. Unos 100 metros mas adelante esta el parking (Calle del Postiguillo, 9). Como referencia, se encuentra justo detrás de la gasolinera. Un sitio muy tranquilo y con agua no potable cerca.


Lugar donde nos quedamos a dormir. Sitio muy tranquilo y con agua cerca

DESCRIPCIÓN DEL RECORRIDO
Plano del recorrido. Fuente: Parque Natural de las Hoces del Río Duratón

CARACTERÍSTICAS TÉCNICAS

Tipo de recorrido: Circular
Distancia: 5 kilómetros
Duración: 3 horas contando paradas y visitas
Desnivel: 75 metros
Dificultad: Baja
Época recomendable: Todo el año, excepto con crecidas del río
Puntos de agua potable: Hay muchas fuentes de agua en toda la villa de Sepúlveda
Sugerencias: Realizar la ruta con ropa y calzado adecuados. Lleva agua y algo de comida en una pequeña mochila. Hay que evitar molestar a los animales. Imprescindible unos prismáticos y una cámara de fotos. No deje basura a su paso.   
Cartografía: IGN  Sepúlveda hoja 431-1 E:1:25000
Enlaces de interés: Visitas teatralizadas
                                  Que otros sitios visitar
                                  Para saber más sobre Sepúlveda
                                  Bus Duratón

CASA DEL PARQUE - MIRADOR DE LA VIRGEN DE LA PEÑA

Comenzamos la ruta en la Casa del Parque Natural Hoces del Río Duratón, que se encuentra en la calle Conde Sepúlveda, 28. Desde aquí bajamos a la calle de los Fueros, tomándola hacia la izquierda. Si nos asomamos al muro que llevamos a nuestra derecha, podremos observar el antiguo Barrio Árabe de la ciudad medieval, que conserva hermosos rincones entre sus estrechas callejuelas. Siguiendo por esta calle, la de Los Fueros, podremos observar a nuestra izquierda un edificio señorial que luce en su fachada un escudo nobiliario.
A lo largo de esta ruta podremos observar otros muchos edificios que conservan entre sus muros la intensa historia de este municipio segoviano. Así llegamos a la Plaza del Trigo, situada frente al Ayuntamiento, donde podemos observar la antigua Cárcel de la Villa, hoy convertida en centro cultural. Un poco más adelante llegamos a la Plaza Mayor que está presidida por los restos del castillo edificado por Fernán González. La campana que corona la torre, llamada LA QUEDA, marcaba las horas en las que se cerraban las siete puertas de la ciudad para guardarla durante la noche.
Casa del Parque y comienzo de la ruta
Calle de Los Fueros
El antiguo barrio árabe en el medievo
Casa blasonada
El ayuntamiento
Plaza del Trigo y Prisión del Concejo
La Plaza Mayor
Restos del castillo
Continuamos la ruta por la calle de La Barbacana, que sale a la derecha del castillo; si levantamos un poco la cabeza hacia la izquierda, podremos contemplar algunos restos de la muralla que protegía la Villa de Sepúlveda en la época medieval. Caminaremos hasta que nos encontremos a nuestra izquierda la puerta del Hecce-Homo, pasaremos bajo ella, (justo después a la izquierda nos podemos asomar a ver el Jardín de la señora) para comenzar a subir por la calle de los Santos Justo y Pastor, dejando a nuestra derecha el templo del mismo nombre, que alberga en la actualidad el Museo de los Fueros de Sepúlveda.

En este tramo podremos asomarnos al jardín de la señora: rincón humbroso y legendario donde doña María de Salinas disuadió al carlista Valmaseda de pasar a la Villa a sangre y fuego en el año 1838.

Tras coronar la calle, llamada ahora Comandante Cristóbal, llegaremos a una casa con una puerta negra en cuyo centro hay una bonita aldaba. Desde aquí iremos por la derecha otros 300 metros hasta que lleguemos a la Iglesia de la Virgen de la Peña, patrona de Sepúlveda y su tierra. Bordeando la iglesia por la izquierda nos encontraremos con una pronunciada escalera que nos permitirá acceder a la pequeña cueva donde se encontró la imagen de la Virgen de la Peña.
En la parte posterior de esta iglesia podremos asomarnos a la primera Hoz que el río excava en el macizo calizo de Sepúlveda. Varios paneles interpretativos dispuestos por todo el mirador de la Virgen de la Peña nos darán las claves para comprender este espacio natural.
La puerta del Hecce-Homo
El Jardín de la Señora
Desde aquí tendremos que ir por la derecha
Iglesia Virgen de la Peña
Interior de la iglesia
Escaleras que nos llevan a la cueva de la Virgen de la Peña
La cueva
Réplica de la Virgen de la Peña dentro de la cueva....... "Estando un inocente pastorcillo apacentadondo su rebaño en las cumbres del lado opuesto del Duratón, venía observando, al oscurecer, el resplandor de una luz extraña por su fulgor, y llevado de la admiración primero, y luego de la curiosidad, determinose a pasar el río en averiguación del fenómeno, se acercó al sitio donde le observaba, y penetrando tembloroso en la cueva, observa, contempla y ve.... ¡Qué asombro! ¡Que sorpresa tan agradable e inesperada! Ve, si, la preciosa imagen de María que los antiguos vecinos de Sepúlveda ocultaron en aquel fragoso sitio para libertarla de la sacrilega profanación de los voluptuosos enemigos de la cruz, y ¡suceso admirable!, no obstante las influencias de la atmósfera y devastadora acción de cuatro siglos que allí estuvo oculta, se halló en el mismo estado de conservación que cuando la ocultaron, tan bella y radiante de hermosura como hoy se ostenta en su majestuoso altar. Y si hemos de dar crédito a las piadosas tradiciones, luciendo aún la lamparilla que los sacerdotes colocaron a su lado, para que su brillante luz acompañara reverente en aquella larga y obscura noche de soledad a la bellísima imagen de  María, que dejaban depositada, juntamente con los afectos de su devoción, en aquel oculto y fragoso asilo de seguridad"......
Paneles interpretativos
La primera Hoz que nos encontramos desde el mirador de la Virgen de la Peña
Junto al cuartel de la guardia civil por la derecha continúa esta ruta, que a través de un agradable camino nos conducirá hacia la puerta de la Fuerza.

MIRADOR DE LA VIRGEN DE LA PEÑA - PUERTA DE LA FUERZA

El camino que nos conduce a la Puerta de la Fuerza aparece bordeado de antiguos cultivos en terraza de almendros, árboles de gran resistencia apropiados para resistir y sobrevivir en este clima tan adverso; en ocasiones, estas plantaciones se han utilizado para delimitar las fincas.
El camino se encuentra jalonado de antiguas cruces de piedras del Vía Crucis de Sepúlveda. Junto a él también encontraremos rosales silvestres. A medida que nos acercamos a la Puerta de la Fuerza los restos del cementerio viejo y la silueta del nuevo nos observan desde nuestra izquierda, mientras que a nuestra derecha el paisaje se va abriendo ante nuestros ojos en todo su esplendor.
La Puerta de la Fuerza, de arquitectura románica daba acceso a los barrios medievales de San Pedro y de Santa Eulalia. Tras pasar bajo ella continuaremos nuestra ruta por los restos de una antigua calzada romana.

Vía Crucis
Rosal silvestre, también conocido como escaramujo o "tapaculos", por las propiedades astringentes de sus frutos


Llegando a la Puerta de la Fuerza. Es una de las puertas de la muralla medieval de Sepúlveda y fue construida en el siglo XI. Su estampa, presidiendo los cortados de las Hoces, es una de las más representativas de los paisajes sepulvedanos. Los muros cercanos muestran sucesivas etapas de construcción, algunas posiblemente anteriores a la propia puerta. Hasta la puerta asciende un camino empedrado, salvando la fuerte pendiente con un bruzco zigzag. Por las características de su trazado, su origen podría remontarse a la época de la romanización de la meseta del Duero. Muros adentro, la puerta de la Fuerza daba acceso a los barrios desaparecidos de San Pedro, en torno al Cementerio Viejo, y al de Santa Eulalia, en las cercanías del actual juego de pelota.
PUERTA DE LA FUERZA - PUENTE DE PICAZOS

Tras pasar bajo esta puerta, aparece ante nuestros ojos el encajado valle del Valparaiso. Nuestra bajada se ve acompañada de abundantes plantas aromáticas. Al llegar a la ribera, el sonido del agua y de multitud de aves rompe la quietud del lugar.
Fresnos, alisos, sauces y chopos conforman este paisaje vegetal, en el que ruiseñores, pinzones, petirrojos, oropéndolas y carboneros encuentran un lugar adecuado en el que vivir.
Si nos acercamos a las orillas arenosas del río no será difícil observar algún rastro de los animales que se acercan al cauce para beber, o para delimitar su territorio.
Tras cruzar la puerta nos encontramos con los restos de una calzada romana
Valle de Valparaiso al fondo
Otro tramo de la calzada romana
Puente Picazos, posiblemente reconstruido en época moderna sobre pilas romanas
PUENTE PICAZOS - PUENTE DE TALCANO

Tras cruzar el puente giramos a la izquierda; la senda continúa paralela al río hasta llegar a una pequeña explanada. En este punto aparecen numerosos alisos, especie de gran importancia para la ribera por la facultad de sus raíces para fijar el nitrógeno de la atmósfera.
Nos adentramos ahora en una chopera de repoblación, pudiendo descubrir a la derecha la antigua casa de la huerta del obispo. Esta zona estaba ocupada por numerosas huertas, hoy abandonadas, y en las que quedan pequeños testigos como nogales y otros árboles frutales.
El camino continúa hasta llegar a una pequeña subida donde encontramos una impresionante pared repleta de gran cantidad de buitreras.
Tras cruzar el puente giramos a la izquierda

Explanada repleta de alisos. A la derecha se puede ver la casa de la huerta del obispo camuflada entre la maleza
El río Duratón
Paredón que tendremos que salvar
Comenzamos a subir la rampa y, mientras atravesamos la pasarela de madera que nos permite pasear junto a la pared rocosa, podremos observar cómo muchas especies vegetales aprovechan las fisuras y grietas en un magnífico ejemplo de adaptación para sobrevivir en un medio tan hostil. Zapatitos de la Virgen, Ombligo de Venus, Té de roca, Hiedra, Helechos y Pumilo son algunas de las especies que podremos ver.
Descendemos suavemente hacia la orilla del río Duratón. En frente, a pocos metros, confluyen las aguas del río Caslilla. A los pocos metros comenzaremos a divisar el edificio del fallido proyecto de creación de una fábrica textil que se intentó impulsar hace unas décadas. En el edificio original, construido en los años 20 del pasado siglo, se generaba la energía eléctrica del alumbrado público hasta Boceguillas.
Subida hacia la base de las paredes
Pasarela. Al fondo se puede apreciar el cementerio nuevo

Aquí abajo aporta su agua el río Caslilla al Duratón

Fábrica de textil abandonada
A nuestra izquierda, mirando hacia el horizonte divisamos la Silla de Caballo, una curiosa formación geológica que forma parte del pliegue en rodilla de Sepúlveda. Debe su nombre a la erosión sufrida en las distintas capas de sedimentación a lo largo de millones de años. A nuestra derecha se levantan los muros circulares de un antiguo palomar.
Continuamos el sendero hasta llegar al puente romano de Talcano, del que sólo se conserva un arco y la pilas.
La silla de Caballo
Llegando al puente de Talcano
Puente de Talcano
PUENTE DE TALCANO - PUENTE DE PALMEROS

Tras cruzar el puente, subimos por el camino jalonado de endrinos y majuelos. A medida que nos acercamos al aparcamiento vemos un substrato diferente, formado principalmente por esquistos; este material pertenece a la roca que se encuentra en el estrato inferior a la caliza, es decir, de mayor antigüedad.
El camino se abre para dar paso a una explanada con un aparcamiento. Podemos observar en este punto los restos de una antigua gravera donde se extraían las arenas que quedan debajo de las rocas calcáreas.
Pasado el aparcamiento nos desviamos a la izquierda y subimos por unas pequeñas escaleras, bordeando la Silla de Caballo, que nos ofrece su figura en toda su magnitud. Ahora toca descender en busca del río Caslilla. Mientras bajamos podemos observar los restos de una antigua calera, (en su interior se producía la combustión de la piedra caliza para obtener cal viva, que se utilizaba en la construcción) de la cuál hoy sólo es visible un montón de piedras blanquecina. Y así llegamos al puente de Palmarejos.
Pequeñas escaleras que nos sacan del aparcamiento
Descenso en busca del río Caslilla
A la derecha se puede apreciar los restos de la calera
Puente Palmarejos
PUENTE DE PALMAREJOS - PUERTA DEL CASTRO

Junto al puente de Palmarejos, de reciente construcción, nos encontramos con ciruelos, chopos, sauces, aligustres, cornejos, etc. Además, junto a este estrato arbustivo aparecen especies trepadoras: lúpulo, hiedra, nueza, rubia peregrina, etc. También abunda la lenteja de agua, y junto a ella, ortigas, saúco menor, etc.
Observando las aguas del río Caslilla, que corren ligeras hacia su encuentro con el Duratón, se puede comprobar cómo el proceso de karstificación también ha tenido su importancia en esta zona, transformándola en un canal natural. Las paredes verticales, pobladas de hiedras, son un fuerte condicionante para la vegetación. Los árboles crecen de forma rápida, sorteando los paredones rocosos para, de esta manera, obtener la mayor luz posible.
El sendero continúa subiendo por la ladera hasta llegar a los restos de la Puerta del Castro. De la puerta sólo queda un paredón en pie; comunicaba las huertas del Caslilla con los desaparecidos barrios de San Juan y Santa Eulalia. Estos estrechos caminos que suben las pendientes en zigzag, a veces apoyados en muros de piedra, se conocen en la zona como "Botaderas".
Al pasar sobre el puente no deje de observar a su izquierda la curiosa inclinación de los árboles sobre el lecho del río. Un interesante ejemplo de supervivencia


Subiendo por una Botadera
Cauce del río Caslilla
Puerta del Castro. Solo queda en pié un paredón
PUERTA DEL CASTRO - CASA DEL PARQUE

Este tramo discurre por el interior del recinto amurallado de Sepúlveda. Sobre el cortado, y superpuestos a las paredes naturales del cañón aparecen los restos de la muralla.
Aprovechando la vega del río Caslilla, aparecen huertas aún utilizadas por los habitantes de la zona. Junto a ellas, nuevos cultivos y aprovechamientos humanos, como las choperas y restos  de antiguas edificaciones industriales junto a modernas instalaciones, como la depuradora.
Seguimos el recorrido por lo que fuera el paseo de ronda, encaminándose a la Puerta de Duruelo. De época medieval, era una de las principales de la Villa, a la que daba acceso por el barrio de San Andrés. En sus inmediaciones se levantaba la Ermita de la Transfiguración del Señor.
Justo antes de la puerta giramos a la izquierda, pasando por debajo de la carretera. A nuestra izquierda veremos un antiguo pilón o abrevadero de agua.



El camino de ronda
Puerta de Duruelo. Es de época medieval y estaba considerada como una de las principales de la Villa
Pilón de agua o abrevadero para la caballería
Subimos por la escaleras atravesando las calles de San Andrés y Barrionuevo. Al llegar de nuevo a la calle de los Fueros podremos observar algunos restos del urbanismo rural sepulvedano, en los que podremos atisbar curiosos elementos ornamentales, como son los llamadores de las puertas.
Continuando unos metros hacia delante, llegaremos de nuevo a la Casa del Parque, punto de inicio de este recorrido. Pero podemos completar la visita accediendo al antiguo Barrio Medieval Árabe para disfrutar de algunos de los rincones más hermosos de esta Villa.
Escaleras que nos llevan a las calles de San Andrés y Barrionuevo
Tramo de la subida
En la calle de Los Fueros podemos encontrarnos estas magníficas aldabas
EL BARRIO ÁRABE MEDIEVAL

Frente a la Casa del Parque deberemos tomar unas escaleras que descienden hacia esta zona. Allí encontraremos viejos edificios cargados de historia, junto a antiguas huertas empotradas en el trazado urbano de este barrio.
Aquí podemos asomarnos a la Puerta del Río, una de las más importantes de la Villa. En uno de cuyos cubos se encuentra una hornacina con la imagen de la Virgen de las Pucherillas. Aquí, en este barrio, podremos ver también una fuente, cuyas aguas sosas, sirven para ahuyentar los sueños, según cuenta la leyenda.
Este es el punto donde finaliza la Senda de los dos Ríos. Esperamos que hayáis disfrutado con el recorrido como lo hemos hecho nosotros.






A continuación nos podemos acercar a ver el barrio de las cuevas pasando por el arco de la Judería, y así completar una bonita mañana en Sepúlveda. Pero lo que más sugerimos, es que después de la rutita nos perdamos por sus calles y rincones. MUY RECOMENDABLE.
Arcos de la Judería. Según cuenta la tradición estos arcos marcaban la entrada al barrio judío de Sepúlveda. Siendo Rabino Salmón Pico, los judíos fueron expulsados de Sepúlveda en el año 1468.
El barrio de las cuevas. Las calizas y dolomías son rocas sedimentarias que se forman en el Cretácico Superior. Esta roca, aparentemente dura, se disuelve al entrar en contacto con el dióxido de carbono de la atmósfera y el agua, en un proceso químico llamado carstificación. Se forman grietas y fisuras que permiten el paso del agua a cavidades interiores por las que puede llegar a circular. Es así como se originan las cuevas y galerías que cubren todo el macizo sobe el que se asienta el pueblo. Las cuevas de Sepúlveda han sido habitadas posiblemente desde la Edad del Bronce. En muchos casos, la oquedad natural se ha ampliado y en sus paredes se han labrado galerías, hornacinas, pesebres,.... La mayor parte de las casas de la Villa se levantan sobre una cueva.
ALGUNOS RINCONES DE SEPÚLVEDA







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